junio 10, 2011

Tiene sus ayeres



Y ahora recuerdo a el tonto de J. Mota, quien terminó en el suelo con una lluvia de golpes, incluidas mis patadas -los puntapiés más arrebatadoramente encorajinados- nunca antes -ni después- dados a alguien. Todo por arrebatarme mi balón, ja.

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